Marie Curie fue galardonada en dos ocasiones con el Nobel de Física en 1903 y el de Química en 1911, fue viuda y se posicionó en el mundo de las ciencias, todas estas características impensadas para una sociedad machista de comienzos del siglo XX, en el que el rol de la mujer era más bien ceñido al hogar; sin embargo, ¿este estereotipo es real? ¿será esta premisa la que no permite la inserción y mayor liderazgo de la mujer en la ciencia?
En este contexto, más de 30 estudiantes de educación medio del Colegio San Benito de Vitacura fueron parte del ciclo de charlas Vive la Ciencia 2018, realizadas por el Centro para la Comunicación de la Ciencia, en conjunto a Vinculación Escolar de la Universidad Andrés Bello.
Empoderamiento, estereotipos y discriminación
¿Por qué hay tan pocas científicas reconocidas?, ¿cómo afectan los estereotipos profesionales en la elección vocacional de hombres y mujeres?, fueron algunas de las interrogantes que resolvió la Doctora Marjorie Cepeda, Coordinadora del área de fisioquímica de nuestra universidad.
Para comenzar, Cepeda se refirió a Marie Curie, un referente femenino de su época, quien fue acreedora de 2 premios Nobel durante la primera década del siglo XX, con este referente, la académica de la UNAB abordó la poca integración y promoción de las mujeres investigadoras a través del tiempo, ya que cuando Curie ganó el primer galardón fue conjunto a su marido y la academia sólo quería entregárselo a su esposo. Posterior a esto, la académica se refirió al segundo galardón de la Química, cuando la academia le pidió que no se presentará a recibir el premio, pues era una mujer viuda.
Con el ejemplo anterior, la Doctora en Química de la UNAB, abordó los estereotipos de género, que marcan las elecciones vocacionales de hombres y mujeres, “existe la pre concesión de roles en la sociedad, los hombres son mejores en las matemáticas, el deporte y las ciencias y las mujeres, en las áreas humanistas y más vinculadas al hogar, lo que finalmente, genera que ambos géneros se encasillen y no permita el posicionamiento femenino en otras áreas”.
Frente a lo anterior, la académica destacó que si bien fisiológicamente, hombres y mujeres somos distintos, cognitivamente somos iguales, pero según la construcción sociocultural estamos expuestos a prejuicios y expectativas, así como falta de balance y definición de problemas reales, “es importante que para que las mujeres se posicionen en la sociedad, debemos romper con los prejuicios y someternos a estímulos heterogéneos que permitan la inserción y promoción de hombres y mujeres en distintas áreas”.