- Cuáles son las cualidades que más se valoran en un buen docente? ¿Importan más sus conocimientos o su destreza para compartirlos?
- Analizamos las cualidades más importantes para que un profesor sea capaz de transmitir pasión por el aprendizaje y la superación personal.
- Los docentes deben de ser los profesionales que más trabajen las habilidades blandas, sobre todo las relacionadas con la comunicación y el asertividad.
Dedicarse a la docencia es una profesión muy vocacional, donde tiene gran peso la motivación por transmitir conocimientos y estar en contacto con estudiantes y profesionales deseosos de seguir aprendiendo y evolucionando.
Aunque parezca una profesión sencilla y fluida, es de las especialidades que suponen un mayor reto profesional, sobre todo para los profesores que se dedican a la formación de estudiantes en Primaria y Secundaria.
En parte, será responsabilidad de ellos que los alumnos sientan motivación por aprender, desarrollen sus competencias básicas y tengan la ilusión de desarrollar una carrera profesional y una formación universitaria.
Todos recordamos a algún profesor que nos ha marcado o con el que hemos aprendido conceptos, más allá de los relacionados con las materias de conocimiento y nos ha animado a trabajar en nuestras metas personales y profesionales.
Este tipo de docentes, capaces de motivar y promover la curiosidad, suelen reunir estas cualidades:
1. Es responsable
Aquí la responsabilidad implica que se atienen a las mismas expectativas y estándares que exigen a sus alumnos. Deben de ser justos e igualitarios.
Ya se sabe que la mejor manera de transmitir valores es predicar con el ejemplo.
2. Es flexible
La flexibilidad implica que es un profesional dinámico y que reacciona ante las necesidades de sus alumnos y del entorno que les rodea.
Son profesionales que son capaces de integrar el contexto actual y la realidad a sus enseñanzas, de manera que los estudiantes se sientan implicados y comprendan mejor los conceptos.
3. Observador
A pesar de que la clase esté formada por alumnos muy diversos y con diferentes capacidades, es capaz de detectar las necesidades de cada uno, sus carencias y adaptar el ritmo de trabajo, a lo que necesitan sus alumnos para alcanzar el éxito.
4. Es mediador
Un docente, en la mayoría de ocasiones, también debe de ejercer de mediador y centrarse en mostrar a los alumnos, habilidades blandas y comportamientos que les ayuden en la resolución de conflictos.
5. Es cooperativo
La cooperación es clave para trabajar efectivamente con administrativos, otros docentes y los padres de los alumnos.
El aprendizaje colaborativo y el trabajo en equipo debe ser la base para transmitir conocimientos y generar coloquios e ideas entre los propios docentes y entre los alumnos.
6. Es inspirador
Un buen docente debe de ser un guía que incentive el conocimiento autodidacta y creativo de los alumnos.
Como profesional especializado en la transmisión de conocimientos, debe de compartir experiencias de aprendizaje que vayan más allá de la explicación de conceptos y la tradicional clase magistral.
7. Es innovador
Un buen docente también se encuentra en plena formación y renovación de conocimientos, de manera que pueda integrar en las clases, nuevas metodologías, herramientas o recursos.
Las aulas virtuales o el uso de las aplicaciones tecnológicas han marcado una nueva forma de enseñanza, con la que los docentes deben de sentirte a gusto y preparados.
8. Es resolutivo
Encuentra los medios necesarios para lograr conectar con todos los estudiantes, sin importar el desafío que se plantee.
Debe estar dispuesto a para asegurar que los estudiantes reciban la formación que necesitan.
9. Es empático
Un buen educador debe poder reconocer y empatizar con los problemas y las situaciones a las que se enfrentan los estudiantes.
Tiene que tratar de ponerse en el lugar de sus estudiantes, ver las cosas desde su perspectiva y ayudarles a desarrollar las habilidades y aptitudes que les ayudará a madurar y superar con éxito los desafíos.
10. Es carismático
La habilidad de atraer la atención en un aula llena de alumnos y ser capaz de mantenerla por tiempo prolongado es muy difícil, por lo que es necesario que el docente diseñe clases interesantes, frescas y actuales, promoviendo la curiosidad y el aprendizaje fuera del aula.
La docencia se basa en una perfecta combinación de aptitudes y conocimientos y, sobre todo, que con su intervención generen la suficiente curiosidad y motivación, para que sus oyentes continúen invirtiendo tiempo en su formación y desarrollo profesional.
Fuente: Universia.